Cuando oímos nombrar la palabra hipnosis pensamos en una técnica extravagante, mágica o esotérica donde el hipnotizado es presa de la voluntad de un hipnotizador, asociando la hipnosis a “miedo a hacer el ridículo”, a “poder cometer actos que van en contra de nuestros principios”, “a una farsa”. Ciertos programas de televisión han contribuido a desarrollar en nosotros esta imagen de la hipnosis que bien se aleja del uso científico y psicoterapéutico empleado por psicólogos y psiquiatras.

La hipnosis también se ha llevado al cine, prestigiosos directores como Woody Allen han conseguido crear esa idea mágica y peligrosa de la hipnosis. La maldición del escorpión de jade (2001) es una película basada en la avaricia de un mago ex convicto que practica la hipnosis a voluntarios-víctimas durante su espectáculo y que luego se aprovecha de sus conocimientos para obtener dinero y joyas. No sé si recuerdan la escena del espectáculo de hipnosis donde el protagonista durante una sesión hipnótica era programado a cometer actos en contra de su voluntad y moralidad fuera de la sesión de hipnosis al escuchar una palabra, por lo que entraba en una especie de trance o sonambulismo en el que no era consciente de lo que hacía, ni recordaba luego sus actos.

Pero si nos acercamos a la hipnosis como técnica científica encontraremos referencias de su eficacia en el campo de la psicoterapia para resolver problemas, mejorar competencias, en definitiva conseguir beneficios en las personas.

Por ejemplo, la hipnosis tradicional usa distintas técnicas de sugestión para inducir el trance formal, como el péndulo en movimiento o la mirada fija en un punto etc. Este tipo de hipnosis ha creado resistencia en el cliente, por una parte por el miedo a la pérdida de control atribuida por los espectáculos anteriormente referidos, y por otro lado la artificialidad de sus métodos crea rechazo en personas poco sugestivas.

La hipnosis de Milton Erickson

Por otra parte, Milton H. Erickson, fue un psiquiatra que llevó a la cima el uso de la hipnosis con fines psicoterapéuticos, y en el 80% de sus terapias no usó nunca las técnicas de trance formal de la hipnosis tradicional, obteniendo la resolución de los problemas consultados y cambios duraderos con una hipnosis sin trance, como él mismo la llamaba. Erickson desarrolló una hipnosis flexible y construida ad-hoc sobre el paciente.

El efecto de la hipnosis en la mente de la persona se llama trance, que es un estado de máxima concentración y aprovechamiento mental, pero en ningún caso representa un estado de inconsciencia. El trance se puede producir de forma espontánea por uno mismo o ser inducido por alguna persona.

La hipnosis es un estado natural que todos hemos experimentado cuando estamos plenamente absorbidos o concentrados en alguna cosa. Pueden descubrir que ya han estado hipnotizados si han tenido la experiencia de haber acabado una acción con un buen desempeño sin recordar los pasos que han seguido. Mismamente el enamorarse representa una especie de trance donde sólo vemos los aspectos más positivos de nuestro pareja y experimentamos que el tiempo pasa rapidísimo.

Aunque los psicólogos usamos la hipnosis como técnica comunicativa para el cambio terapéutico, para mejorar el rendimiento deportivo, artístico, personal y en definitiva para superar nuestros límites, los mitos de esta técnica siguen siendo todavía profundos. A continuación enumero algunos:

MITO 1 SOBRE LA HIPNOSIS: bajo hipnosis se pierde el control de la voluntad, no nos damos cuenta de lo que ocurre, se está es un estado de inconsciencia a expensas de las órdenes del hipnotizador.

VERDAD 1 SOBRE LA HIPNOSIS: Bajo hipnosis estamos en un estado de máxima concentración, de relajación concentrada en las palabras del terapeuta, siendo libres de actuar según nuestras convicciones y nunca en contra de nuestra voluntad.

MITO 2 SOBRE LA HIPNOSIS: la hipnosis es una técnica milagrosa que no requiere de ningún esfuerzo por parte de quien la recibe.

VERDAD 2 SOBRE LA HIPNOSIS: La hipnosis requiere aprendizaje, práctica y colaboración por parte de la persona que lo recibe.

MITO 3 SOBRE LA HIPNOSIS: todo lo que se recuerda bajo hipnosis es siempre verdadero.

VERDAD 3 SOBRE LA HIPNOSIS: Cuando se contrasta el recuerdo de una persona con datos fiables estos pueden ser verdaderos o falsos y, de cualquier manera, están muy mediatizados por la forma en que se accede a estos recuerdos, o la forma en que pregunta el hipnotizador, ya que puede hacer algunas preguntas tendenciosas que evoquen recuerdos falsos.

En psicoterapia la hipnosis no siembre consiste en dejarse llevar por las palabras del psicólogo que nos evocan imágenes y sensaciones, mientras permanecemos tumbados con los ojos cerrados.

Aunque la visualización se usa en el diván para obtener ciertos objetivos, la hipnosis es también la parte más comunicativa de una sesión de psicología, es el modo en que el psicoterapeuta usa el lenguaje, la elección de las palabras, las repeticiones, el ritmo y el tono del mismo, el uso de la expresión corporal, la utilización de las anécdotas que más se adaptan al paciente y de sus gustos, el encuadre etc.

La hipnosis crea un espacio en el que nos sentimos a gusto, tranquilos, seguros y receptivos a la información recibida, creando así complicidad entre nosotros y el psicoterapeuta.

Usted sabe lo que es el encanto: un modo de obtener la respuesta “sí” sin haber formulado ninguna pregunta clara. Albert Camus.

*Para una mayor profundización, libro recomendado: William Hudson O’Hanlon (1987): Raíces profundas: principios básicos de la terapia y de la hipnosis de Milton Erickson. Ed.Paidós.

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Belén Silván Oró

Belén Silván Oró. Licenciada en Psicología. Colegiada nª M-12091.
Especialista en Terapia Breve Estratégica. Especialista en Intervención en Ansiedad y Estrés. Especialista en Clínica y Psicoterapia Psicoanalítica. Experta en Hipnosis Ericksoniana. Experta en Neuropsicología Clínica y en Rehabilitación Neuropsicológica del Deterioro Cognitivo.