¡Necesito sentir la emoción de la vida, la agitación alrededor de mí!
Auguste Renoir.
Hay personas que son volcanes en erupción, que se revolucionan ante el mínimo detalle, es como si tuvieran el umbral de las emociones muy sensible y se disparara ante el mínimo acontecimiento.
Yo creo que es una acumulación de pequeñas cosas, que unidas hacen saltar la ira sin control, lo que les lleva a una inestabilidad continua.
Si lleno demasiado una jarra, se desbordará el agua ante el mínimo movimiento del terreno. Estas personas, que se encienden ante el mínimo comentario, acumulan detalles cargados de emoción y son incapaces de manejar sus emociones y mantener las amistades.
La habilidad para gestionar las emociones, sobre todo las negativas, cuya incapacidad nos produce conflictos con los demás, requiere del desarrollo de ciertas aptitudes personales como la reflexión, la paciencia, la adecuada autoestima o seguridad en sí mismo, también la autonomía y el manejo de la asertividad que nos permite expresarnos del modo adecuado y nos ayuda a controlar adecuadamente la agresividad y la pasividad.
Además los traumas pasados, los problemas o conflictos no superados, tienen la característica de invadir el presente y condicionar nuestros pensamientos y por lo tanto nuestra conducta, son un motor para la gestación de pequeños rencores que hacen más sensible, si cabe, la posibilidad de romper a llorar, gritar y tener conductas conflictivas con las personas queridas y los desconocidos.
Esta extrema sensibilidad no solo se manifiesta con el descontrol de emociones negativas como la ira, la tristeza, el asco, el miedo, sino que las emociones de felicidad también son manifestadas con la misma intensidad.
El cambio de una a otra emoción puede ser muy rápido, por lo que son personas impredecibles para los demás, porque pasan del amor a la ira en décimas de segundo.
Estos cambios bruscos en la conducta se deben a un frágil manejo de sus emociones, moldeado por una inseguridad en el núcleo de su estima, que se ha ido forjando desde la niñez, paralizando así el desarrollo de competencias como relacionarse de manera asertiva con los demás.
Se sobrevive socialmente con amistades siempre nuevas que no permanecen en el tiempo, o que se mantienen por los lazos familiares propiamente dichos o por medio de amenazas, y obteniendo el rechazo social.
La amistad, el reconocimiento social, el intercambio de emociones positivas entre los demás es un factor clave para sentirse feliz y logar el éxito en cualquier campo, con lo que la incapacidad para gestionar las propias emociones no ayuda a este objetivo.
Los constantes conflictos con las personas y el rechazo que obtienen como consecuencia de ello genera un gran sufrimiento y un miedo terrible a estar solo, incluso acompañadas se sienten solas, necesitando la atención y el refuerzo constante de las personas de su alrededor.
Esta fragilidad necesita de una Terapia Psicológica para aprender a funcionar “sin tanta emoción” y aumentar la seguridad de la persona sin que recurra al alcohol o a las drogas, vehículos que al principio pueden representar un salvavidas porque ficticiamente ayudan a “caer mejor”, pero nos dan una falsa autoestima y vacío existencial a largo plazo.
A veces para sedar el malestar podemos realizar otras conductas que suponen un riesgo para nuestra salud: problemas de atracones y bulimia, conducción temeraria, conductas imprudentes con el sexo, autolesiones.
¿Quieres sentirte mejor?
Si te encuentras siempre “en la cuerda floja” y experimentas frecuentemente los siguientes cambios, una terapia psicológica te puede ayudar:
• Estado de animo cambiante: “me enfado constantemente y tengo cambios de humor bruscos; “soy muy sensible, todo me afecta”.
• Imagen externa e interna inestable: “necesito cambiar mi imagen frecuentemente para sentirme bien”, “me gusto y otras veces no me valoro nada”, “hago lo que me piden los demás para sentirme reconocido y valioso”.
• Relaciones con los demás de insatisfacción, de dependencia: “necesito estar con gente, no puedo estar solo”; “me uno mucho a una persona y luego me defrauda”; “discuto frecuentemente”; “a veces le adoro y otras veces le detesto”; “confío y desconfío, y tengo pensamientos extremistas en blanco y negro”.
• En general: “me suelo meter en problemas, actúo por impulsos, sin pensar”.
¿Cómo puedo ayudarte?: con la Terapia Breve Estratégica.
La Terapia Breve Estratégica se muestra muy eficaz para los problemas de personalidad que están cronificados en el tiempo. El psicólogo te guiará y ayudará a ir resolviendo las dificultades una a una y reconstruir la estabilidad en las diferentes áreas de tu vida: personal, familiar, de pareja, laboral.
1. Primero empezaremos por lo más invalidante, rompiendo el círculo vicioso del problema que bloquea el sistema, a través de tareas basadas en estratagemas.
2. Buscaremos modelos sólidos en tu vida que sirvan de referencia para reconstruir o crear nuevas relaciones.
3. Aprenderemos a gestionar tus emociones para que logres relacionarte mejor con los demás y contigo mismo.
4. Aprenderemos a manejar los traumas del pasado que puedan estar influyendo en tu conducta y forma de pensar.
5. Construiremos un nuevo equilibrio donde la estabilidad se vuelva la norma y no la excepción.
Somos los amos de las cosas cuando las emociones nos responden.
Antoine de Saint-Exupery.
Belén Silván Oró. Licenciada en Psicología. Colegiada nª M-12091.
Especialista en Terapia Breve Estratégica. Especialista en Intervención en Ansiedad y Estrés. Especialista en Clínica y Psicoterapia Psicoanalítica. Experta en Hipnosis Ericksoniana. Experta en Neuropsicología Clínica y en Rehabilitación Neuropsicológica del Deterioro Cognitivo.
Efectivamente, es crucial manejar nuestras emociones;) Gracias Belén!
Muchas gracias por este artículo, me ha resultado muy esclarecedor y desde luego la ayuda profesional es imprescindible
La sensibilidad y el mal manejo de las emociones, las euforias…Es importantísimo saber gestionar todo eso.
Excelente artículo Belén.
Besos