La influencia que la vida de una persona ejerce sobre la de otra es incalculable.

Ralph Bunche.

Hay personas que te hacen sentir inadecuado, inseguro, infeliz, que te reprochan tus acciones, que te acusan de no haber actuado de una forma determinada o de haber tenido un mal comportamiento hacia ellos, que cualquier detalle es aprovechado o se vuelve una excusa para arremeter contra ti.

Bienvenido al terreno de la manipulación psicológica, donde ciertas personas con las que estás vinculado emocionalmente, son capaces de hacerte sentir muy mal, y cuyas palabras llenas de críticas puedes sentir que se te clavan como cuchillos.

Estos comportamientos que pueden volverse cotidianos y ser vividos en la pareja, en la familia, en la empresa, con algún amigo íntimo, empiezan de manera sutil o casi imperceptible, la relación se establece con conductas ambivalentes por parte del manipulador, por ejemplo se mezclan los reproches con la atención y los halagos, hasta quedar atrapados en una relación que te da mucho pero te quita más.

Las personas manipuladoras que tratan de dominarte están profundamente insatisfechas, perciben la realidad de forma distorsionada interpretando la mínima señal como una forma de agravio, por lo que usan sus comentarios para dañarte, ¿cómo lo hacen?:

• Te dicen continuamente lo que tienes que hacer, decir, vestir etc.

• Critican tu comportamiento si no actúas como desean o esperan.

• Te faltan al respeto y otras veces te adulan en exceso.

• Están selectivamente atentos a tus acciones negativas, exagerando o agrandando las mismas, tu conducta para ellos es malintencionada.

• Te reprochan siempre cualquier acción pasada, te hacen sentir que son víctimas cuando en realidad son verdugos.

• Te hacen sentir emociones negativas como culpa, vergüenza, ira etc., lo hacen a través de recriminaciones cara a cara o través de mensajes de texto.

Tú no tienes la culpa, tú no has hecho nada malo, aléjate de esas personas tóxicas, que utilizan su insatisfacción para dañar a sus amigos o familiares reiteradamente.

No dediques ni un minuto en contestar sus palabras dañinas o insultos, no te justifiques porque sus acusaciones no son ciertas. Si te justificas alimentas la cadena de reproches por parte de la persona manipuladora y le das cancha para que te siga tratando mal.

El manipulador es muy hábil en darte en tu punto débil porque te conoce bien. El malestar que sientes será pasajero si no le sigues el juego, es decir, si no le das lo que espera, normalmente es una persona conflictiva que quiere discutir y que quiere que prevalezcan sus ideas sobre las tuyas. Impone, exige, usa la fuerza de las palabras a través de amenazas y ultimátums.

¿Cuál es el perfil del manipulador o maltratador psicológico?

• Persona insegura y vulnerable que se siente muy sola y amenazada fácilmente.

• Persona impulsiva que vomita su malestar cuando y donde desea, y después te pide perdón sistemáticamente.

• Siente celos de las personas cercanas, frecuentemente se percibe como menos inteligente, menos atractiva, manifestando una baja autoestima.

• Tiene cambios de humor frecuentes y una autoimagen inestable, se siente profundamente incapaz o infeliz y en otros momentos muy alegre y resolutiva.

• Tiene una visión negativa o crítica de las acciones de las personas objeto de su obsesión. Cualquier acción nuestra será leída de un modo distorsionado.

• Es imprevisible en su conducta, nunca sabes como van a reaccionar haciéndote actuar con pies de plomo o manteniéndote en un estado sumiso para que no haya enfrentamiento.

• Es incapaz de controlar sus emociones, “te ama y al segundo te odia”.

• El manipulador es agresivo en sus formas, usa la violencia verbal porque no deja rastro, usa palabras fuertes para hacer daño, su objetivo es quedar por encima de ti.

¿Quién puede ser objeto de una manipulación?

• Cualquier persona que se sienta emocionalmente vinculado a otra persona. Tu necesidad de recibir afecto puede llevarte a quedar atrapado en una relación asimétrica.

• Tú puedes ser el protagonista de una manipulación, si pierdes la perspectiva y te dejas llevar por sus acusaciones, actuando como si fueran ciertas, por ejemplo pidiendo perdón.

• Si dudas de ti mismo, de tu integridad.

• Si eres sumiso y no sabes hacer valer con asertividad tus derechos.

El enfado es un signo de que tus derechos han sido violados, de que se ha cometido una injusticia, es una reacción necesaria para sobrevivir y desarrollarte física y emocionalmente, pero es necesario convertir el malestar del enfado en energía positiva para cambiar, siguiendo unos pasos:

1. Reconocer el enfado.

2. Identificar las causas.

3. Decidir lo que puedes hacer.

4. Expresar tus sentimientos sin agresividad.

5. Pasar a la acción y obtener un cambio personal.

Si niegas o reprimes tu enfado y lo guardas dentro puede causarte síntomas físicos como dolores de cabeza, molestias digestivas, insomnio etc. Reconócelo para liberarte de la presión de la persona manipuladora y poder alejarte de ella.

Ten control sobre tu vida, sobre lo que quieres, decide si quieres sufrir rodeándote de personas tóxicas, libérate de ellas cambiando.

Tú le das más poder al manipulador cuando:

• Te acusa y te justificas explicando tu conducta.

• Te insulta y te disculpas para apaciguarle.

• Actúas sin personalidad, cediendo y bailando a su son.

Quiérete un poco más cada día, pregúntate si eres tratado injustamente y rompe la cadena que te une a tu verdugo.

El psicólogo como experto en el comportamiento humano puede ayudarte a detectar y reconocer el maltrato psicológico, puede activar tus recursos enterrados por la manipulación para que cambies de perspectiva.

 

La libertad no es un don, la libertad es un derecho.

Belén Silván.