Olvidarse donde he puesto las gafas, no encontrar las llaves o el móvil, desorientarse por un momento en un centro comercial, no acordarse de donde he aparcado, llamar por otro nombre a un familiar son despistes frecuentes que conllevan molestos contratiempos.
Una persona que lleva un ritmo acelerado en su vida cotidiana, muchas veces causado por las sobre-exigencias diarias como trabajar al máximo, recoger a los niños en la guardería, ir a la compra, etc. no se centra en lo que hace sino en lo que tiene que hacer, por lo que no fijará en su memoria donde dejó las llaves o el móvil. Estará anticipando el futuro y será más propenso a los despistes.
Recordemos lo agradable que es mirar al horizonte sin más, simplemente observar lo que ocurre, cómo el sol va fundiéndose en el mar poco a poco hasta que desaparece, cómo cambian los colores, el rojo, el naranja, hasta que sobreviene la oscuridad, y mientras ocurre parece que todo se ha paralizado, por un momento nos sentimos tranquilos ante la belleza de la naturaleza, absortos ante lo que ocurre frente a nuestros ojos, ajenos a nuestras preocupaciones.
La diferencia entre vivir en el futuro próximo y centrarse en el momento presente conlleva consecuencias muy distintas. La primera opción genera ansiedad, intranquilidad, pensamientos negativos y acciones apresuradas ausentes de eficacia, fallos de memoria, y puede desencadenar en problemas psicológicos.
En cambio, observar activamente el momento, pensar en lo que hago y en cómo lo hago produce una sensación de tranquilidad o alivio, parece que el tiempo se para, se dilata y dura más.
Este objetivo lo podemos conseguir con ayuda de algunas técnicas psicológicas, como la hipnosis. Con dicha técnica somos conscientes en todo momento de nuestros actos y pensamientos, ya que es un estado máximo de alerta y aprovechamiento mental que puede auto-inducirnos estados de bienestar y de relajación, nos ayuda a desarrollar la creatividad al tener la mente libre de preocupaciones, y focaliza nuestra atención en los propios recursos para superar obstáculos y conseguir metas.
Aunque todos tenemos una capacidad natural para entrar en hipnosis cuando estamos concentrados, de ensimismarnos y dirigir la atención hacia adentro, provocarla voluntariamente será un antídoto contra los pensamientos anticipatorios que nos causan ansiedad.
Un ejercicio básico puede consistir en observar activamente lo que estoy haciendo utilizando los cinco sentidos. Por ejemplo:
mientras camino observo la sensación del contacto de mis pies sobre el asfalto, como compenso el peso de mi cuerpo para caminar, como la brisa me acaricia el rostro, observo los distintos colores de mi entorno y la gente que me rodea, los movimientos, quizás las hojas de los arboles se agitan, distingo distintos sonidos, voces de personas, un perro que ladra, el piar de los pájaros… y mientras camino noto la temperatura de mi cuerpo y la comparo con la del exterior, intento distinguir los olores agradables, quizás el olor a pan recién hecho al pasar por la panadería, o a flores en el parque, y mientras camino… escucho, observo, siento, huelo, saboreo este instante.
Una mente concentrada percibe las cosas más vívidamente, creando una sensación de profunda de relajación y bienestar porque, como apunta el novelista francés Marcel Proust, el verdadero viaje de descubrimiento no consiste en buscar nuevos caminos sino en tener nuevos ojos.
Belén Silván Oró. Licenciada en Psicología. Colegiada nª M-12091.
Especialista en Terapia Breve Estratégica. Especialista en Intervención en Ansiedad y Estrés. Especialista en Clínica y Psicoterapia Psicoanalítica. Experta en Hipnosis Ericksoniana. Experta en Neuropsicología Clínica y en Rehabilitación Neuropsicológica del Deterioro Cognitivo.
Comparto que darnos cuenta del aquí y el ahora es muy importante. Si la hipnosis nos puede ayudar en este sentido, merece la pena probar. Gracias, un magnífico artículo.
Si Victoria, gracias por tu comentario. Realmente con la hipnosis podemos conseguir una comunicación más eficaz porque usamos toda nuestra concentración en un objetivo, ya sea conseguir una mayor eficacia en el plano personal como en nuestras actividades diarias. Igual que vamos al gimnasio para sentirnos en forma, no debemos olvidar nuestra mente.